viernes, 24 de febrero de 2012

La bici, gran amiga para unos y enemiga para otros.

Os voy a contar un secreto.
Desde los tres años a los cinco mi padre trabajó de guarda en una finca. Vivíamos allí en lo alto de la finca en una casita de dos habitaciones. La cocina era minúscula, un pasillito con una ventana por la que mi madre me daba el jarro de plastico azul para que mi padre me ordeñara el vaso de leche y el bocadillo de mantequilla y chorizo.
El dueño de la finca era un señor mayor casado pero que no tenía hijos. El marido de su sobrina era el que gestionaba la finca y el jefe de mi padre. Su casa esta en la entrada de la finca y hay una cuesta que comunica la casa con la casita del guarda.
Cuando vas subiendo la cuesta para ir a la casita del guarda hay un camino a la izquierda que lleva a la majá de los guarros y a la derecha un huertecito que mi padre se encargaba de mantener y vallar.

Yo tenía un pastor alemán. Era super protector conmigo y jamás me mordió, me atacó o intentó hacerme daño, al contrario, me salvó la vida en una ocasión, se llamaba O.
O estaba durante el día encadenado a una encina al lado de la casita. Era imprescindible pues de otra manera tendríamos que desacernos de él, pero durante la noche, mi padre lo soltaba y campaba a sus anchas por la finca y el pueblo, le encantaba asomarse a mi ventana y dormir conmigo, nunca en la cama, eso no le gustaba él prefería dormir a mi lado pero en el suelo.

Recuerdo la primera vez que lo hizo. A la luz de la luna empezó a golpear con el hocico en mi ventana, le abrí y entró de un salto, estuvo toda la noche sin hacer ruido ni ladrar, hasta que por la mañana cuando escuchó a mi padre inexplicablemente se metió debajo de la cama. Esto lo sé porque mi padre empezó a llamarlo como todas las mañanas y O no aparecía. Cuando entró a despertarme me dijo que el perro había desaparecido, yo me extrañé porque la ventana estaba cerrada y no había podido salir y le dije a mi padre que O había dormido conmigo, así fue como mi padre miró debajo de la cama y lo vió asustado porque le fueran a regañar.

Os dije que os iba a contar un secreto y os estoy hablando de mi perro... en fin, solo quería describiros la finca para que os situárais.
Como sabéis mis abuelos viven en otro pueblo. Era mi cumpleaños y vinieron a traerme mi regalo. Los pobres, vinieron en el autobús con la bicicleta mas bonita del mundo: Rosa jijiji. Tenía sus ruedines, su soporte encima de la rueda trasera para llevar algo o alguien y podía ponerle una cesta. A mí me gusto mucho, tanto que me subí a ella e hice lo que nunca debí hacer: me tiré la cuesta abajo.
He de aclarar que era un carril mas que una cuesta, todo lleno de baches y piedras y que era la primera vez que montaba en bici ¿que pasó?
Ahí va la Meren, bajando cual piloto de carreras en su bici (rosa) con los pelos al viento, saltanto entre baches y ajena a los gritos de su madre y las carreras de su padre para sujetarla. Llegó tarde. Cuando me alcanzó yo me había estampado en el huerto, estaba llorando entre las lechugas, rodeada por ruedas y trozos de malla metálica y milagrosamente con las gafas intactas. (creo que eso fue lo que me salvó, no romperme las gafas)

Desde ese momento le cogí miedo a la bici. No la quería ni ver, me daba muchisimo miedo y yo era más feliz con mis muñecas que estampándome en el huerto. Tanto miedo le cogí que solo me montaba en mi casa. (a los pocos meses mi padre dejó de trabajar allí y se compraron su actual casa) Por el pasillo desde la calle hasta el patio o como mucho si mi madre venía conmigo en la calle pero en lo llanito ¿eh? Conclusión: no sé montar en bici.
Y nó porque no lo haya intentado después. Mi madre guardó la bici en el doblao (o desván, el hueco del tejado de la casa al techo) y ahí sigue, pero yo hace unos 5 años quise aprender, así que le pedí la bici a mi compañero de piso (era una de montaña, super grande para mi) y me fuí con mi ex a aprender a la parada de autobuses, dando vueltas en el aparcamiento. Le cogí el truco del equilibrio estupendamente, el problema venía a la hora de girar que no era capaz, me paralizaba el miedo y me estampaba contra el acerado (y menos mal porque había unos macetones de hormigon que no veas).

Así que ya lo sabéis. No sé montar en bici, es mi estigma, mi secreto (ahora ya no) y el motivo de burla de todos los que me conocen ¿en serio no sabes montar en bici? jajajajaja.
Y vosotros, ¿hay algo que como niños hubiérais debido aprender y no sabéis? Podéis decirlo, nos servirá de terapia a ambos.

16 comentarios:

  1. En mi caso los patines de 4 ruedas, esos que van dos y dos. Me caí una vez de pequeña, caí sentada y me di un golpe muy fuerte en el coxis, tanto que puse el grito en el cielo y seguidamente me desmayé.

    Desde entonces no puedo ni ver esos patines, sin embargo con los que son en línea he hecho verdaderas locuras, como tirarme por rampas que daban a la carretera, saltar cosas o dar giros a toda velocidad, incluso subía y bajaba las escaleras corriendo como si no tuviera patines puestos jajaja.

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    1. yo adoraba los patines de cuatro ruedas!!! recuerdo que mi madre me regaló una mochila para guardarlos y que pudiera patinar con los zapatos a la espalda. Mi prima y yo competíamos por ver quien pasaba por encima de la mochila y su bolsa con las piernas abiertas, anda que no me caí veces, pero eso milagrosamente no me daba tanto miedo.

      Hace 5 años le regalé a mi hermana unos patines de linea regulables (eran del 34 al 37 o algo asi) y me los puse por el salón de mi tía, la pobre tuvo que cogerme y casi nos caemos, pero mi hermana no los ha usado, ella es más sedentaria que yo...

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  2. Yo también me pegue un buen golpe con la bici por tirarme cuesta abajo, tengo pequeñas cicatrices en dos dedos... pero no le cogí miedo. Aunque hace montones de años que no monto, no se si ahora sabría o no.
    Me hubiera gustado aprender a patinar.

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    1. Dicen que eso nunca se olvida... yo nunca olvidaré mi aventura entre las lechugas jejejeeje.

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  3. Por aquí estoy devolviéndote la visita, gracias por pasar por el rincón de esta jirafa y dejar tu huella.
    Yo creo que nunca esta tarde para aprender, sea lo que sea. Yo tampoco sé patinar y me hubiera gustado, pero quién sabe..igual cuando mi hija sea más mayor, si le gusta, me puedo animar con ella.

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    1. Siempre y cuando no intentes patinar sobre la bolsa de los zapatos, creo que todo irá bien. El truco es coger impulso y frenarte contra algo, así vas sabiendo cómo deslizarte, nosotras lo que hacíamos era frenar contra los arboles o los bancos y nos lo pasábamos genial.

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  4. Que trauma!!yo se montar en bici, no muy bien pero se..aqui en Alemania en la clase 4 tienen como parte de la asignatura de gimnasia que sacarse el carnet de bici..con teorica y practica..asi se aseguran que todos los niños sepan usar correctamente el aparatejo..

    Yo algo que debia aprender y no lo hice...no se tirarme de cabeza a la piscina..no soy una sirena precisamente. asi que trato de mantenerme en la zona segura..pero no se lo digas a nadie ehh jejej
    un beso

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  5. Oye, pues eso me parece bien, que les enseñen a montar en bici desde pequeños, primero porque son unos reyes muy educativos y socorridos, y segundo porque si se acostumbran a ir en bici a los sitios por andar menos (ingénuos) de mayores irán en bici en trayectos cortos. En Sevilla hay muchas bicis de alquiler...
    Y tampoco se lo digas a nadie, pero yo no se tirarme de cabeza, no me ahogo pero tampoco nado con estilo. Un besito.

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  6. Mi primera bici era de 4 ruedas y mi recorrido era pasillo abajo, vuelta a la mesa del salon y pasillo arriba. HAsta que hice un desconchón en la pared y se acabo la bici. A mi no me dejaban jugar en la calle, solo cuando mi madre tenia tiempo de "sacarme" a al paseo de la Bahia, abajo de casa, porque viviamos en un decimo piso y no podia mantener un ojito en mi. Mi segunda bici fue ya con 23-24 años, una mountain bike con la que me estampé el primer dia, pero auqnue tenia miedo, mi ex me obligó a subirme. Acabé haciendo unos buenos kilometros cada dia en un circuito que hacia entre 3 pueblos en la Costa Brava. Me traje la bici y me la robaron aqui y la verdad, con tanta lluvia... poco practico lo veo. Pero no me da vergüenza decir que hasta los veintipico no aprendi a montar en bici. Me daria mas vergüenza decir otras cosas... no se...

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    1. ¿Te robaron la bici en Irlanda? Que fuerte, en Cork no pasó nada de eso mientras estuve allí. El chico con el que estuve allí decía que casi todo el mundo tenía bici y que eran casi sagradas. Lo que sí que pasó fue que una bici que llevaba bastante tiempo en el mismo sitio sí que se ensañaron con ella, pero por lo menos él dejaba la bici en cualquier parte y luego iba a buscarla por la noche...

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  7. Lo que me he reido con tu aventura huerteña, jajaja. Yo no te puedo ayudar, como me apunto a un bombardeo lo he hecho todo y aprendido todo, todo y todo, jajaja, ademas siempre andaba con mi hermano y sus amigotes asi que me metia en todos los embolaos habidos y por haber, he montado en todas las cosas ponsibles con ruedas de todo tipo. Ahora que lo pienso... soy negada para esquiar y tambien tengo un trauma!! lo encontre!

    En el curso de 8º de egb nos fuimos de fin de curso a kandanchu, como no. Me dieron unos esquies muuy largos para mi y yo que siempre he sido un poco larga y flacucha no podia con ellos. Ese dia me comi una valla del telesilla con su cola correspondiente de gente, pase por en medio de un curso de mujeres de la tercera edad que estaban en dos filas y me comi a las 3 ultimas, y varias caidas yo sola contra la nieve despues decidi que la nieve no es para mi ni nunca mas lo he vuelto a intentar. Asi que mira gracias a ti he encontrado algo que no he aprendido a hacer que no recordaba.

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    1. Yo nunca he ido a esquiar, y la nieve la ví de pequeñita. Aunque mi familia vive en la sierra, en ese pueblo no nieva, porque está en un agujero... asi que...

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  8. De pequeña montaba en bici todo el santo día. Me encantaba. Lo dejé al crecer y, hoy por hoy, si me monto a una bici, me caigo. Eso de que uno nunca se olvida de cómo montar en bici es una leyenda urbana.
    Mi secreto es que nunca aprendí a nadar. Como mucho, puedo mantenerme a flote pero no sé nadar. No me gustaban nada las clases de natación. El agua me agobiaba muchísimo así que mi madre me terminó desapuntando porque vio que aquello para mí era un suplicio... Ea, ahí está mi secreto. Besos.

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    1. Yo tampoco sé nadar, de echo he estado a punto de ahogarme varias veces, una me tiró mi prima a la piscina a traición y la otra mi hermana, que tenía manguitos, pero se aferró a mi cabeza y no me dejaba respirar. Me sacó mi ex tirandome de los pelos...

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  9. Pues a mi lo de la bici tampoco era algo que me entusismara así que tuve una rosa muy mona pero siempre iba con la ruedillas esas de seguridad no había quien me las quitara, de peque yo era una cagona jeje me gustaba más jugar a la comba y a la goma, con los patines de 4 ruedas también pasé una época muy chula y luego de más mayor quise aprender con una de montaña en un gran patio que teníamos pero después de varias caídas y yo si que rompí las gafas imagina que gracia le hizo a mis padres jiji así que se acabo aprender a montar en bici, y aunque ahora no me viene nada más a la cabeza seguro que hay muchas otras cosas que no aprendí. Saludos!

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    1. la comba, que recuerdos... y el elástico ainsss
      mi madre me compró dos elásticos naranja fosforito y mi abuelo le hizo a uno una lazada para que pudieramos jugar mi prima y yo atandolo a un palo... creo que el otro acabó mi hermana con él la verdad no me acuerdo.

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